25 de octubre de 2007

Te pongas como te pongas

Pasear cogidos de la mano. Abrazarte y besarte a cada momento, sabiendo que podría estar haciéndolo toda la vida o, incluso, más. Ver cumplido el simple deseo de “ser feliz” que pedí al tomar las uvas en la pasada Nochevieja. Sonreír al pensar en ti.

Sorprenderme al encontrarme con una persona igual de normal (o rara, que nunca se sabe) que yo. Pensaba que jamás te iba a encontrar y, mira tú por dónde, en el lugar que uno menos espera encontrar estas cosas, ahí estabas.

Conocerte y creer que te han hecho juntando todas las cosas que me gustan y admiro en una mujer. Que tienes todo lo que me gusta y que me gusta todo lo que tienes.

Por eso, aunque te lo he dicho muchas veces, no he podido resistirme a decírtelo también de esta manera.

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