12 de abril de 2011

Juventud sin futuro

La semana pasada estuve de mani.
Otra vez.
Como ayer me dijo el compi de curro con el que acudí, un tipo sabio y lúcido como pocos, fue de las manis en las que "hay que estar".
De las necesarias.
Esas que te provocan, según lees el manifiesto, la imperiosa necesidad de moverte, de agitar la calle, de meterle miedo a los responsables de la crisis, de hacerles saber que no estamos dispuestos a pagar sus platos rotos.

Ojalá, gracias a esta esperanzadora iniciativa, la juventud que no tiene futuro pueda conseguir uno menos desigual, más social, menos dependiente de los intereses de los especuladores, más al servicio de la ciudadanía y menos de los mercados y, sobre todo, más justo.
Porque lo que tenemos muy claro nosotros, la juventud sin futuro, es que no estamos dispuestos a pagar la crisis que han provocado ellos.
Temblad, la calle se mueve.

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