El fracaso de los sistemas "democráticos"

La reelección del conservador Aníbal Cavaco como presidente de Portugal no debe sorprender a nadie. En tiempos de crisis, pese a que los causantes sean sus amigotes banqueros y empresarios mangantes, la derecha siempre arrasa.

Y eso que en el país vecino, para quien no lo sepa, republicano (como éste antes de que los golpistas impusieran un régimen que aún perdura), las cosas son diferentes, pues el presidente tiene unas funciones y el primer ministro, socialista, otras.

Sin embargo, lo que no cambia es el discurso. Les encanta hablar del triunfo de la verdad sobre la mentira, de los buenos sobre los malos, de los inocentes sobre los culpables y de las ideas sobre las calumnias.
Podemos poner estas frases en boca de Berlusconi, Aguirre, Camps o Cavaco, no importa, ya no cuela.
Este sucedáneo de democracia con el que nos subyugan aquí, en Portugal o en Italia, por poner sólo dos ejemplos, hace aguas.

Cuando la abstención es de casi el 53%, como ha sucedido en Portugal, la realidad es que más de la mitad del país ni cree en ese sistema ni en los políticos que de él viven.
Sus mentiras han dejado de colar.
Se les acaba el crédito.
El final de las democracias bananeras se acerca.
¿Reaccionaremos de una vez los aletargados ciudadanos o seguiremos anestesiados con los Grandes Hermanos, féisbuk para el áifon y demás estupideces de esta sociedad de mierda?