11 de diciembre de 2010

Preguntas a un blog por culpa de Juanes

Después de escuchar una entrevista a Juanes en la radio, he recordado una frase que leí en su momento en el blog de Quequé y con la que me identifiqué plenamente. Decía algo así como que "a Juanes deberían castigarle haciéndole oír sus propias canciones".
Esta frase ha desencadenado un proceso de pensamientos encadenados en mi liberada cabecita: la frase sobre Juanes que leí en el blog de Quequé, blog que, por cierto, he dejado de visitar, aunque tal vez fuera porque él dejó de escribir primero, cosa que inmediatamente compruebo que no es así, después de buscar la dirección del sitio en Google, por lo que deduzco que fui yo quien le puso los cuernos y entonces, como guinda a tan rápida sucesión de movimientos neuronales (bueno, un par de espasmos protestones, más bien) me ha venido la idea de los compromisos que uno adquiere al abrir un blog.

¿Hay que escribir todos los días por sistema o se debe aguardar a tener algo interesante que decir? ¿Y si esto no sucede nunca, como le pasa (o nos pasa) a casi todo el mundo, debemos abrir el blog pese a todo o las ideas fantásticas llegarán con el tiempo (inserte su carcajada a continuación... 1, 2, 3... ahora... ¡Ja!)?
¿Se debe algún tipo de fidelidad a los lectores? ¿Y a los autores?
¿La lista de sitios que uno recomienda ha de permanecer inalterable o se pueden eliminar enlaces y añadir otros nuevos?
¿Es lícito cambiar la tendencia de un blog a medida que uno mismo va cambiando o el personaje que uno interpreta (si es que lo hace) cuando uno escribe debe ser siempre el mismo, como una especie de James Bond del ciberespacio?
Si uno dejara de escribir un blog, ¿quién echaría más de menos a quién, el blog a uno o uno al blog?

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