El ejército perdido

El ejército perdido.
Título original: L'armata perduta.
La siguiente reseña corresponde a la 1ª edición, de Enero de 2010.
Editorial: Debolsillo.

Ciro, hermano menor del emperador persa Artajerjes II, pretende acceder al trono por la fuerza, por lo que recluta a un grupo de mercenarios griegos, en su mayoría espartanos, para marchar por tierras persas al encuentro de su hermano y derrotarle en el campo de batalla.

Las tropas mercenarias van al mando del oficial espartano Clearco. Dentro de la expedición se encuentra también el ateniense Jenofonte, repudiado por su ciudad después de la última guerra contra los espartanos. Resultaron vencedores los atenienses y Jenofonte fue expulsado por su supuesto apoyo al enemigo.

Después de que los ejércitos de ambos hermanos se enfrentaran en la Batalla de Cunaxa, Ciro murió y los mercenarios griegos, pese a haber vencido a todo aquel que se puso delante de ellos en esta batalla, vieron cómo se quedaban solos en territorio enemigo. Las fuerzas persas que acompañaban a Ciro juraron fidelidad a Artajerjes II. Para agravar la situación, Clearco y los otros mandos cayeron en una trampa y murieron o fueron hechos prisioneros.

Jenofonte y otros soldados más fueron elegidos oficiales por el resto del ejército y tomaron la única decisión que podían tomar: regresar a casa costara lo que costara. En El ejército perdido, Valerio Massimo Manfredi nos cuenta la historia de estos diez mil hombres luchando por sobrevivir en un territorio tremendamente hostil.

Veredicto del Sobaco: aburrida y tediosa novela en la que Manfredi intenta que participemos de la Odisea de los 10.000. En mi caso, no lo consiguió. La historia la cuenta a través de una supuesta acompañante de Jenofonte, una persa a la que fascinó a las afueras del pueblo donde residía ésta. Manfredi pretende rendir un homenaje, no sólo a los valientes protagonistas de la historia, sino también a aquellas bravas mujeres que, por unos motivos u otros, acompañaron a los guerreros en todo su peregrinar por el Imperio Persa. La novela, sin embargo, carece de ritmo y, pese a basarse en una historia fascinante y muy atractiva, no llega a cumplir las expectativas que uno se había creado, dando por resultado uno de esos libros que uno está deseando terminar, no por conocer el desenlace, sino por poner fin al aburrimiento.