17 de mayo de 2010

Comprando apariencia

Me gusta ir de compris, lo confieso.
Me gusta el concepto, porque lo que no me gusta es que todo tenga el cartel de "se vende".
Ejemplo.
Encontrar una camiseta de los Ramones en el H&M debe significar que éstos forman parte de la cultura pop y, por tanto, son susceptibles de ser lucidos en el pecho de cualquiera que le guste el logotipo, independientemente de si les conoce como grupo o no.
Da igual.
Mola, que es lo único que importa.
Así que pago doce con noventa y cinco y me la llevo a casa, a guardarla en el mismo cajón donde tengo la camiseta con la imagen del Che y el polo con la cara de Bob Marley.

Nos han acostumbrado a comprar lo que sea, sin importar que hubiera un contenido asociado a esa marca.
Sólo interesa la estética.
Nos venden esqueletos prefabricados de cultura pop, carentes de contenido y vacíos de alma.
Nos venden, al fin y al cabo, lo que somos, pedazos de carne con ojos preocupados únicamente por la apariencia.
Qué pena de sociedad, de verdad.

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