Cuando leo una noticia como ésta, en la que el titular nos cuenta que ha nacido un bebé con dos penes, en fin...
¡Dos pollas, joder, dos pollas!
Todo súper héroe, y este recién nacido sin duda lo es, ha de pasar por un proceso de aprendizaje y asunción de sus propios poderes, como en El Gran Héroe Americano.
Si a cualquiera de nosotros nos dieran la posibilidad de lanzar rayos por los ojos, primero tendríamos que pasar por un periodo gris en el que apenas sacaríamos partido del don.
Pues lo mismo nos pasaría con una polla de más, que no sabríamos qué hacer con ella.
Alguna lectora avispada podría añadir que a algunos les pasa lo mismo y sólo tienen una, pero sería desviarse del tema principal.
La verdad es que si uno tuviera súper poderes, tendría que leer cuidadosamente el manual de instrucciones o sentarse junto a su maestro para que le instruyera, a no ser que el súper poder fuera la invisibilidad, con lo que no haría falta instrucción alguna, dado que con ese don lo que haríamos sería visitar, de uno en uno y sin saltarnos ninguno, todos los vestuarios femeninos del universo.
Así somos los hombres, qué le vamos a hacer.
Por cierto...
¿Tendrá cuatro huevos?
¿Funcionará de manera independiente la una de la otra?
¿Cómo reaccionarán los chavales que se encamen con una tía (o tío) que haya pasado por los miembros de este chaval y les diga, con toda naturalidad, "vaya, yo es que estoy acostumbrad@ a que me den con dos, y tú sólo tienes una"?
¿Será éste el futuro de la Humanidad?
Chavales... estáis jodidos.
No hay competencia posible.
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