4 de mayo de 2008

Los Inmortales

Me senté delante de la tele, con más miedo que vergüenza, porque cuando uno ve una peli de los 80 fuera de esa década, el resultado suele ser una explosión de caspa capaz de sonrojar a la Esteban, para ver esta película por primera vez.
Sí, sí, por primera vez.
Recuerdo que la segunda parte la fui a ver al cine y, claro, como no había visto la primera, pues se me escapaban algunas cosas.
Estúpida manía de empezar las cosas por la mitad.

La historia, por supuesto, es más que conocida. Un tipo que no puede morir a no ser que le separen la cabeza del cuerpo interpretado (es un decir) por ese gran "actor" (habría que buscar otra palabra para definirle) llamado Christopher Lambert, el único "actor" que conseguiría que Richard Gere y Jorge Sanz (por citar sólo dos ejemplos de este tipo de "actores"), pudieran optar a ganar un Oscar.
En esta primera parte, Lambert se da cuenta de lo que realmente es, gracias a las enseñanzas de un Sean Connery con el culo pelado en eso de ser inmortal.
Decía al principio que me senté con mucho miedo, esperando la lluvia de caspa como si de un mítin del PP se tratara pero, oye, sorpresas te da la vida y, al final, la cosa no fue para tanto.
Cierto es que a la peli le sobran unas cuantas escenas que no aportan nada y que el resultado podría haber sido mucho más redondo si hubiera durado 20 minutos menos pero, qué queréis que os diga, no estuvo del todo mal.

Veredicto del Sobaco: interesante, aunque sólo sea por el hecho de que se trata de una película mítica. A destacar, aparte de la historia en sí, la banda sonora, toda ella de Queen.

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