Al final ha primado la cordura y Rodolfo Chikilicuatre representará a RTVE en la gala de Eurovisión. Hay quien se lleva las manos a la cabeza y piensa dónde vamos a llegar. Son los que creen que lo de Eurovisión tiene algo que ver con la música.
Tal vez hace años, muchos años, Eurovisión tuviera algo que ver, aunque fuera de manera remota, con la música propiamente dicha. A día de hoy es un espectáculo que nada tiene que ver con la música.
El año pasado (o puede que fuera el anterior, lo siento, no tengo memoria para estas cosas) ganó un grupo que iba disfrazado como los orcos de El Señor de los Anillos. Y me parece de puta madre. Porque es un espectáculo.
Por eso mismo me mola lo del colaborador de Buenafuente. Además, el ejercicio de ingenio para colocar a un personaje en una gala realizada por y para la televisión pública me parece digno de admiración.
Y si lo miramos con un poquito de mala leche, la canción en sí es una sátira feroz del panorama musical actual.
Que nadie se equivoque.
Si esto no lo hubiera hecho un cómico, cualquier discográfica sin escrúpulos estaría vendiendo el Chiki-Chiki como la canción del verano.
Y los muy hijosdeputa lo estarían haciendo totalmente en serio.
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