3 de diciembre de 2007

Un oso llamado Mahoma

Lo acabo de leer y me parece fatal. En Sudán, una maestra llamó Mahoma a un oso de peluche con el que jugaban los niños. Británica tenía que ser, claro. Los mismos que llaman paella a cualquier acumulación de arroz que tenga la apariencia de una rueda de triciclo.
¿Cómo se puede llamar Mahoma a un oso de peluche?
¿Cómo se puede tener tan mal gusto?
Seguro que es la típica británica que, en pleno Diciembre, me va por ahí luciendo pantorrila con una minifalda en la que la han tenido que embutir como si de morcilla se tratara (carnes prietas que incitan al pecado, sumamos y seguimos), sin medias, of course, que en las Islas eso no se lleva (ellos son más de poner moqueta en el cuarto de baño pero medias, no, por favor, no me seas vulgar).
Por eso llama Mahoma a un oso de peluche, cuando todos sabemos que Mahoma es más un nombre para un castor o una zarigüeya. De peluche, claro.
Y encima, el presidente de Sudán la ha liberado.
No sé dónde va el mundo, pero no me gusta nada.
Con esta gentuza en libertad, me da miedo salir a la calle.
Y no te digo nada del pánico que me daría viajar a Sudán.

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