Cuando no suenan guitarras en una canción me cuesta reconocer la música. Odio el cine francés, incluso los vídeos domésticos de bebés acariciando mascotas. Si discuto, intento construir. Cuando llueve, se me riza el pelo y se me olvida el paraguas.
Me sigue gustando saltar en los charcos y siempre mantendré que los mejores domingos de invierno se pasan bajo el edredón.
Todo lo que sea salir de la cama antes de las 12 de la mañana lo considero madrugar. Siempre he pensado que deberían trabajar aquellos que disfrutan haciéndolo. La jubilación debería empezar a los 18 y terminar a los 40.
Hace muchos años leí Rebelión en la granja y me pareció una historia de animales muy chula. Años después, hablando sobre el libro, un amigo me comentó todas las similitudes entre los cerdos y los dirigentes comunistas. Intrigado, volví a leerlo, poniendo los cinco sentidos. Cuando lo terminé, me pareció una historia de animales muy chula.
Siendo de letras, me perdí en las ciencias y lo único que saqué en claro fueron los botellines de la cafetería de la facultad.
Hace unos años, no sabía pero contestaba.
A día de hoy, ni sé ni contesto.
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