22 de diciembre de 2007

1408

Teníamos pensado ir al cine a ver esta película pero, al final, decidimos alquilarla en el videoclub del burrito blanco. Buena elección, porque no vale el precio de una entrada.
Y eso que no empieza mal.
John Cusack es un escritor que se dedica a realizar guías de hoteles que tienen habitaciones supuestamente encantadas. Es un tipo que no cree en nada ni en nadie desde que su hija muriera en sus brazos.
Un buen día, al recoger el correo, recibe un folleto de publicidad de un hotel de Nueva York con un escueto mensaje. No entre en la 1408.
Evidentemente, decide investigar y se aloja en el hotel. El gerente le insiste para que abandone su idea pero, finalmente, consigue su propósito. Se aloja por una noche, aunque el gerente le indica que nadie ha aguantado más de una hora en esa habitación, en la que ha habido más de 50 muertes en los 100 años de historia del hotel.
Los primeros 40 minutos de película son bastante inquietantes, porque no sabes lo que va a pasar. De hecho, yo estaba muy acojonado.
El problema viene después, como sucede en la mayor parte de los relatos de Stephen King. Falla el final. Este hombre es un tipo que cuenta muy buenas historias pero no sabe hacer finales. Y a la película le pasa lo mismo. Cuando llega el final, uno se queda con la boca abierta diciendo "¿ya?".
Veredicto del sobaco: buen principio, mal final. Demasiados cabos sueltos. Si estos son algunos de los guionistas que están en huelga, que no regresen nunca al trabajo, por favor.

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